Respiro fuerte, acelerado, entrecortado.
Sigo afónico (rendido a ti).
Sigo aquí, con piel de gallina.
Tiritando, sudando (a partes iguales),
en el punto exacto
donde convergen los mayores placeres,
donde se siente el rock and roll (como en ningún
otro lado),
desde las entrañas de la pasión.
Donde las sábanas
pierden el frescor de
la cordura
y los deseos, en busca de nuevos rumbos,
se empapan de nuestros gemidos (con todos sus preámbulos).
Sigo el eco de tu voz indomable, susurrante.
Sigo el hormigueo de tus caderas inflamables (al minuto),
de los besos intrínsecos que aman las caricias
y reclaman mil batallas (entre tus piernas)
Sigo las ganas de revolución
de nuestras manos felinas, de los sentidos premonitorios ,
de la complicidad salvaje que se genera
a orillas del mar (en la noche de San Juan).
Sigo la pólvora de tus labios, del arrecife de tus pechos,
descorchando erotismo en cada poro de piel,
en cada uno de nuestros actos
(sin cremalleras, orgullo, ni botones).
Antes de llegar al Orgasmo, tocar el cielo
y volvamos a tener ganas de
sentir un poco de esa dosis llamada primavera
en los recovecos de
nuestro cuerpo.
Que bonito escribes,y junto a la música q eliges,cuanta sensibilidad,enhorabuena
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